Pablo, el Nuevo Mesías de la Democrácia

El caso es que no quería, no me apetecía, mencionarme sobre el tema. Sin embargo, finalmente, después de hablar con algunas amistades, y de leer algunos artículos realmente sorprendentes, más que por el autor, por el medio donde se publican. Y no lo digo por estar a favor o en contra, sino por la falta de rigor y de capacidad para cuestionar algunas evidencias sobre la realidad que nos imponen. Voy a intentar explicar lo mejor posible mi decepción, hacia una parte de la ciudadanía, por ser incapaz de cuestionar, a aquél que nos regala el oído.el roto manipulacion

Durante los últimos años, estamos comenzando a vivir bajo un contexto grave a nivel social y democrático, con un empobrecimiento de la población y una clase media que parece tener los días contados. Donde existe una minoría poderosa que decide qué es lo que les conviene a los ciudadanos, una minoría que crea el consenso y los valores que todo buen ciudadano debe tener, a través de los medios de comunicación y que nos vende una guerra, una privatización de lo público como el que nos vende un jabón. Pero esa elite política se encuentra cada vez más erosionada y su credibilidad se encuentra bajo mínimos.

Pero tranquilos… Tenemos un  nuevo mesías. Lo llaman “el fenómeno” Podemos. Y viene dispuesto a preservar la paz democrática. Pero primero me gustaría empezar por el principio, o al menos por aquél principio en el que un servidor dio de forma casual y gracias a internet con un programa que se llamaba Ford Apache, cuya introducción era llevada a cabo por un chico joven, con el pelo largo y con una oratoria y un discurso que me dejaron bastante perplejo. Ese era un discurso que podría ser muy afín a mi modo de ver y analizar la realidad y el sistema en el que vivimos, salvo algunos puntos. El caso es que por fin encontraba un programa de debate en el que nadie se presentaba como neutral. Donde se analizaba con bastante profundidad los temas que se trataban, y lo más importante, no existía una censura en cuanto al contenido, los tertulianos podían nombrar empresas, empresarios y llevar a cabo una crítica al sistema como tal. Por lo tanto la información usada para levar a cabo los debates, no se veía afectada por unos intereses económicos, ya sean por parte de anunciantes como de accionistas, porque dicho medio prescindía de ellos.

Aunque la posición política de Pablo no era del todo afín a la mía, me parecía interesante su programa. Recuerdo un programa en el que se hablaba sobre el tema  que trata el libro de Pascual Serrano “Traficantes de Información”. Un libro que destapa a los dueños de los grandes medios, su historia y sus finanzas. Los mismos dueños que los de las grandes multinacionales y que bajo la excusa de la libertad de expresión manejan, controlan y deciden qué noticias debemos conocer y bajo qué punto de vista ideológico deben ser redactadas.

Fue un programa que dejó claro quién está detrás de las televisiones privadas y porqué según qué discursos no son admitidos en los grandes medios.

La realidad es que aquellos discursos que llevan implícita una crítica al sistema democrático actual y sobre todo al capitalista, y sean capaces de destapar sus evidencias, su funcionamiento real y su falta de escrúpulos, serán discursos que no tendrán lugar en la TV, ni en los periódicos más leídos, ni en las emisoras más escuchadas. No interesa que la gente vea esa crítica al sistema y esas alternativas como algo viable. Si eso ocurriera el capitalismo correría grave peligro. Para eso están los medios de comunicación privados, para ejercer su derecho a censura sobre la población y así controlar la opinión pública.

Partiendo de esa base, que también compartía Pablo. Pablo decidió dar el salto a los canales privados de la TDT. Curiosamente la primera tertulia en la que participó Pablo fue en Intereconomia. La verdad, resultaba divertido ver como un joven con coleta les daba un rapapolvo a ese montón de caspa con corbata. A partir de ahí comenzó a aparecer en todas las tertulias; de mañana, tarde y noche, de las demás televisiones como Cuatro, La Sexta , Antena 3 o Telecinco.

Algo no cuadraba. El señor Pablo Iglesias, que poseía un discurso con una crítica al actual sistema, sobre todo al sistema capitalista era aceptado en todos los platós de las televisiones privadas. ¿Por qué se aceptaba ese discurso ahora? ¿Por qué Pablo Iglesias y no otra persona?

Entonces apareció “Podemos” y mis dudas comenzaron a disiparse. La verdad es que el slogan “Podemos” me ayudó bastante puesto que estamos ante un eslogan vacío. No nos dice nada pero podríamos estar todos de acuerdo. Es como si yo dijera: “Lo más importante en la vida es la libertad”, todo el mundo estará de acuerdo, por lo tanto no he dicho nada, es un eslogan vacío, no se posiciona, no se compromete, no concreta. Eso sin contar con esa inevitable comparación con el “yes we can” de Obama, o con el poderío de “La Roja” que parecía darle de comer a todos los españoles.

Si analizamos la situación sociopolítica del momento estaremos de acuerdo en que una parte de la ciudadanía, que la podríamos llamar de “izquierdas”, se encuentra profundamente desengañada con la política, y su confianza hacia los políticos cae en picado a un ritmo vertiginoso. Esa parte, muy numerosa, de esa ciudadanía desengañada, corre el peligro de rebelarse. Y ahí es donde entra en escena Podemos. Su función no es otra que la de amedrentarla y que vuelva a creer en este sistema que nos da a escoger cada cuatro años cual queremos que sea nuestro nuevo líder.

Podemos no rompe el bipartidismo, al contrario, será una parte del bipartidismo que viene. Y su discurso perderá credibilidad porque no predican con el ejemplo, igual que en su funcionamiento interno, en Podemos las decisiones las toman dos personas, el resto, tiene opinión pero esta no cuenta.

En un país con un alto riesgo de rebelión, Podemos tiene la función de preservar esta paz democrática que permite que sigamos trabajando explotados pero callados, que sigamos consumiendo en busca de la felicidad, una paz democrática que parece ser el pilar sobre el que se sustenta el capitalismo y que nos está saliendo muy cara. Podemos debe evitar la rebelión y debe hacer que los ciudadanos vuelvan a creer en la democracia. Y los ciudadanos nos volvemos a creer lo que la TV nos cuenta.

 Lupen.